Para poder realizar el embalaje de nuestra mudanza, en primer lugar es necesario disponer de los materiales necesarios para poder embalar, como pueden ser cajas de diferentes tamaños, “papel de burbujas”, plástico, fundas para colchones, precinto, mantas…

Comenzamos embalando aquellos bienes de menor uso como pueden ser libros, siendo necesario marcar en cada caja qué tipo de bienes se encuentran en ella; muy importante señalar si son frágiles en caso por ejemplo de la vajilla y la cristalería.

También es recomendable que se guarden en el mismo paquete los bienes pertenecientes a una misma habitación, ello nos ahorrará tiempo a la hora de desempaquetar en el nuevo domicilio y evitar pérdidas de objetos. A modo de ejemplo, en el caso de embalaje de jarrones, o esculturas, es necesario que no haya ningún tipo de movimiento en el paquete embalado, ya que puede dar lugar a roturas de las mismas. En caso de cristales o espejos, deberán estar cubiertos por una manta y en algunas ocasiones con “papel de burbujas”.